viernes, 30 de noviembre de 2007

Gustavo Adolfo Bécquer



Biografía de Bécquer


El paraíso perdido: Sevilla
Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla el miércoles 17 de febrero de 1836, en el número 9 de la calle Ancha de San Lorenzo (actual Conde de Barajas), en una casa que en la actualidad no existe. Fue bautizado el jueves 25 del mismo mes en la parroquia de San Lorenzo Mártir, oficiando de madrina Manuela Monnehay, hija de un perfumista francés instalado en Sevilla y discípula del padre pintor del poeta. Los Bécquer, nobles flamencos, llegaron a Sevilla a finales del siglo XVI para comerciar, y pronto alcanzaron una próspera situación entre las familias sevillanas más altas, con capilla propia en la catedral hispalense. El padre, don José Domínguez Bécquer, pintor de costumbres, casó con doña Joaquina de la Bastida y Vargas, y de este matrimonio nacieron ocho hijos. Don José tuvo éxito pintando para los ingleses viajeros que compraban entusiasmados sus cuadros costumbristas, lo que le permitió mantener holgadamente a su familia. La infancia del poeta fue dichosa hasta los cinco años, en que murió su padre. Después, a los once, moriría su madre, mientras el niño estudiaba para marino en el colegio de San Telmo en condición de pobre pero de familia noble. Protegido por su madrina y por su tío Joaquín Domínguez Becquer, importante pintor sevillano, el poeta aprende pintura y humanidades y estrecha relaciones en especial con su hermano Valeriano, que andando el tiempo se convertirá en importante pintor y protegera al poeta en momentos difíciles. Progresa el niño rápidamente, como demuestra su Oda a la muerte de don Alberto Lista, escrita en 1848. En 1853, Bécquer es ya un joven poeta que publica versos en revistas y periódicos locales, y que conoce a otros incipientes escritores que han de tener importancia en su vida, como Narciso Campillo, futuro editor póstumo de sus obras, o Julio Nombela, autor de unas importantes memorias que reconstruyen gran parte del periplo vital becqueriano. Los tres poetas forman una sociedad literaria y recogen sus poemas con la ilusión de publicarlos en Madrid y alcanzar fama. Su educación literaria, dirigida en el Instituto sevillano por Francisco Rodríguez Zapata, discípulo del gran ilustrado Alberto Lista, es clasicista, con especial aprecio a los poetas latinos y españoles del Siglo de Oro, en especial, Fray Luis de León, Herrera o Rioja. A la búsqueda del ritmo musical, de la expresión ajustada y noble, se une una inclinación prerromántica hacia lo sublime: la emoción ante la noche, la muerte, la fragilidad humana, etc., tal y como habían cantado Young, Rousseau o Chateaubriand. La familia Bécquer, en arte y en política, se identifica con la Sevilla conservadora. Así, mientras en Madrid, en 1854, triunfa la intentona liberal-popular de O'Donnell, la «Vicalvarada», el poeta exhibe su espíritu satírico frente a la revolución en unos dibujos que se conservan en un álbum denominado Los Contrastes, o Álbum de la Revolución de Julio de 1854, por un Patriota. Un retrato de 1853 nos muestra al Bécquer de gusto clásico, fino y esmerado.
El sueño madrileño El romanticismo lo invade todo, y pronto Gustavo Adolfo se deja ganar por el sueño de conquistar gloria y fortuna en Madrid. Abandona Sevilla y, con la ayuda de su tío, llega a la Corte en octubre de 1854. Nombela lo espera, y Campillo ha de llegar en breve. El primero da detalles de la lóbrega pensión en que ha de hospedarse, donde, en cambio, la patrona doña Soledad, andaluza así mismo, lo protegerá. Hasta 1860, en que gracias a otro de sus grandes amigos y editores de su obra póstuma, Rodríguez Correa, le consiga un empleo fijo de redactor en un gran periódico centrista español, El Contemporáneo, Bécquer conocerá las privaciones y la forzosa bohemia que han sufrido la mayoría de escritores en España. Para ganar el pan tuvo que hacer de todo: biografías de políticos a destajo, traducciones, chupatintas en una oficina pública, dibujos, zarzuelas, etc. La estética becqueriana, formada de un cierto clasicismo entreverado de romanticismo medievalista, encontrará en Madrid un nuevo ambiente poético del que saldrán, finalmente, las Rimas becquerianas. El romanticismo desarrolla una faceta desatendida anteriormente: la intimista, y se concentra en las verdades del corazón a través del poema breve, directo, o de la balada germánica, imaginativa y sugerente. Interesan ahora el Byron de las Hebrew Melodies, o el Heine del Intermezzo a través de la importante traducción que Eulogio Florentino Sanz realiza en 1857 en la revista El Museo Universal. En 1857 emprende una obra importante, la Historia de los Templos de España. Se trataba, siguiendo a Chateaubriand, de estudiar el arte cristiano español uniendo el pensamiento religioso, la arquitectura y la historia: «La tradición religiosa es el eje de diamante sobre el que gira nuestro pasado. Estudiar el templo, manifestación visible de la primera, para hacer en un sólo libro la síntesis del segundo: he aquí nuestro propósito.» El proyecto, inacabado pero que reunió a grandes especialistas, muestra las dotes organizativas del poeta «soñador». Para ganar algún dinero el poeta escribe, en colaboración con sus amigos, comedias y zarzuelas como La novia y el pantalón (1856), en que satiriza el ambiente burgués y antiartístico que le rodea; o, entre otras, La venta encantada, basada en el Quijote. En 1858, cansado y debilitado por el trabajo y las penurias, cae el poeta gravemente enfermo. Le asisten su hermano Valeriano y su amigo Rodríguez Correa, quien, para encontrar recursos, rebusca entre los papeles de Gustavo Adolfo y encuentra la primera de las leyendas publicadas, El caudillo de las manos rojas, de ambiente hindú y de un exotismo orientalista bastante nuevo en España.
El amor y las primeras rimas
Las tertulias artísticas en lugares públicos (cafés) o privados (casas particulares) proliferaron extraordinariamente en el siglo XIX. Don Joaquín Espín, maestro director de la Universidad Central, profesor de solfeo en el Conservatorio y organista de la capilla real, protegido de Narváez y bien introducido en palacio, tenía dos hijas, Julia y Josefina, y daba alguna tertulia musical en su domicilio. Julia, nacida en 1838, soñaba con llegar a ser una cantante de ópera famosa, como su tía bisabuela materna Colbrand, primera esposa de Rossini. En 1856 había cantado ante los reyes, estudio en el extranjero, actuó en La Scala de Milan en 1867 y en Rusia en 1869. En 1873, dos años después de muerto el poeta, casó con Benigno Ortega, que llegaría a ministro de la Gobernación. De Josefina se sabe poco. Tenía los ojos azules (Julia, negros), y según Rafael Montesinos las primeras rimas becquerianas manifiestan un posible galanteo con la hermana de Julia. Bécquer, que aún no era famoso, y sus amigos, todos jóvenes, acudían a la tertulia de los Espín. El poeta leía sus versos y manifestaba sus excelentes dotes musicales. Para todos era evidente su inclinación hacia Julia, la cual, con aspiraciones más altas, aunque estimaba el arte del poeta, no le consideraba un partido adecuado, y le disgustaba el ambiente bohemio y poco limpio que le rodeaba. Jesús Rubio ha editado los dos álbumes de Julia, con textos y dibujos del poeta dedicados a su musa, a la que no olvidaría nunca y a la que dedicó una parte importante de sus rimas.
Periodismo, política y boda
De 1858 a 1863, la Unión Liberal de O'Donnell gobierna España. En 1860, González Bravo, personaje importante de la oposición conservadora de Narváez, con el apoyo del financiero Salamanca, fundan El Contemporáneo, dirigido por José Luis Albareda y en el participan redactores de la importancia de Valera. Rodríguez Correa, ya redactor del nuevo diario, consigue que entre Bécquer. Se trata de hacer oír al voz del ala liberal del partido moderado. En este periódico el poeta hará de todo: crónica de salones, política, literatura... Desaparece El Contemporáneo en 1865. Y de repente, ante la extrañeza de sus amigos, el poeta se casa en 1861 con Casta Esteban y Navarro. La había conocido en la consulta de su padre, a la que Bécquer acudía para tratarse de una enfermedad venérea contraída en sus años bohemios. Son años fructíferos en los que el poeta publica la mayoría de sus rimas y leyendas y se hace un nombre, además de poder mantener una familia con hijos. Pero en la intimidad de sus escritos el poeta se duele del fin de sus ilusiones. A su ascenso artístico y social (protegido del ministro conservador González Bravo, que lo nombra censor de novelas con un excelente sueldo; director de importantes revistas y periódicos, etc.) le acompaña un aburguesamiento paralelo al de la sociedad madrileña postromántica, realista y poco sensible.
Veruela
Su quebrantada salud necesita un descanso, y por consejo de su íntimo amigo Ferrán, autor de cantares, con su familia y acompañado de su hermano Valeriano, recientemente separado de su mujer, y de los hijos de éste, se retira en 1864 al Monasterio de Veruela, monasterio cisterciense desamortizado y en el que haya instalada una hospedería en las antiguas celdas. Desde allí remitirá al periodico sus famosas cartas Desde mi celda, en las que, además de hacer reportajes sobre tipos y paisajes, hace un repaso de su vida pasada y actual, marcada por un profundo desencanto.
Revolución y destierro. El primer manuscrito de las rimas
1868 será un mal año para el poeta. Casta le es infiel y Gustavo se separa de ella quedando los dos hijos a su cargo. Perderá, con la revolución liberal, su puesto oficial, al tiempo que cae el ministro, protector y admirador de Bécquer Luis González Bravo, quien le había pedido que reuniese sus poesías para publicarlas a su costa. Así lo hizo el poeta, organizando sus rimas en el primer manuscrito del Libro de los gorriones, con prólogo del ministro. Pero en los disturbios de la revolución el palacio de González Bravo fue asaltado por la muchedumbre y el manuscrito se perdió. En Toledo, los hermanos Bécquer, con sus hijos, se refugiaron hasta que amainase el vendaval revolucionario.
Muerte de los hermanos Bécquer. Publicación de las Obras Completas
Volvieron en 1870, a un hotelito en las Ventas llamado La Quinta del Espíritu Santo. Convencieron a Eduardo Gasset para que fundase La Ilustración de Madrid, en la que el poeta sería el director y Valeriano dibujante. Colaboran estrechamente ambos hermanos en multitud de dibujos con texto, hasta que el 23 de septiembre de 1870 muere Valeriano. Rodríguez Correa, que ha prosperado mucho, se lleva al poeta y los hijos a un lujoso piso en la calle Claudio Coello, en el barrio de Salamanca. Pero el poeta ya no resiste el golpe. Mientras agoniza, pide a Ferrán que queme sus cartas («serían mi deshonra»), que publiquen su obra («Si es posible, publicad mis versos. Tengo el presentimiento de que muerto seré más y mejor conocido que vivo») y que cuiden de sus niños. Murió a las diez de la mañana, después de pronunciar las terribles palabras, reveladoras del desencanto que le embarga, «Todo mortal». En Sevilla había eclipse total de sol. Inmediatamente, los amigos, especialmente Ferrán y Correa, iniciaron los trabajos para editar y financiar la publicación de las Obras Completas del malogrado amigo, que en sucesivas ediciones fueron incorporando la mayoría de los textos que hoy conocemos del poeta, afortunadamente salvados del olvido.

martes, 27 de noviembre de 2007

Muerte de Napoleon Bonaparte

Un grupo de científicos tal vez haya revelado, por fin, uno de los misterios perdurables de la historia anglo-francesa gracias a un par de pantalones. Durante años se mantuvo encendido el debate sobre la causa exacta que llevó a Napoleón a una muerte temprana mientras vivía un exilio en la isla de Santa Elena, donde fue desterrado después de Waterloo.Si bien una autopsia mencionó un cáncer de estómago, se cuestionó la veracidad del informe cuando, más tarde, se encontró arsénico en las raíces de su pelo. Hoy un equipo de científicos suizos parece haber revelado el misterio después de examinar atentamente los pantalones del emperador francés. Científicos del Hospital Universitario del Departamento de Patología Anatómica de Basilea y del Instituto de Historia Médica de la Universidad de Zurich analizaron los 12 pares de pantalones que Napoleón usó en los seis años que vivió en exilio. Midieron las cinturas y estudiaron, también, las medidas de pacientes que padecían cáncer de estómago. El pantalón más grande que usó Napoleón medía 110 centímetros de cintura; los que usaba justo antes de su muerte en 1821, apenas 98 centímetros.Según los investigadores, las evidencias demuestran que había perdido mucho peso al igual que los pacientes vivos, que bajaron de 11 a 15 kilos en los seis meses en que fueron analizados. Su conclusión confirma la autopsia original de Napoleón que declaraba un cáncer abdominal. La teoría de que Napoleón pudiera haber sido asesinado surgió por primera vez en 1840, cuando su cuerpo regresó a Francia para ser enterrado nuevamente. Allí se detectó arsénico en las raíces del pelo. El equipo suizo dijo que la presencia de arsénico podía explicarse porque a Napoléon le gustaba beber, y los fabricantes de vino del siglo XIX solían secar los barriles con arsénico. Otros científicos, en cambio, dijeron que los médicos del ex emperador le daban arsénico para hacerlo vomitar. Una teoría incluso llegó a sugerir que el empapelado de las paredes de la casa en el exilio podría haber tenido la culpa. Se había descubierto arsénico en las habitaciones especialmente redecoradas del ex emperador.El doctor Lugli, cuyo estudio se publicó en la Revista de Patología Humana de Estados Unidos, le dijo a la BBC que, a pesar de la evidencia de los pantalones, el debate seguramente continuará.

El asesinato se Marat

La caída de los girondinos el 31 de mayo, provocada por las acciones de François Hanriot, se convirtió en uno de los últimos logros de Marat. Su enfermedad de la piel estaba teniendo efectos negativos en su vida, y lo único que aliviaba las molestias eran los baños calientes. Marat estaba en su bañera el 13 de julio de 1793 cuando una mujer que afirmaba ser una mensajera desde Caen (donde los girondinos huidos intentaban ganar una base en Normandía) solicitó entrar en su cuarto.
Él la dejó entrar, le preguntó los nombres de los que la enviaban, y tras apuntar sus nombres presuntamente dijo: «Serán todos guillotinados». La joven, la aristócrata
Charlotte Corday, sacó un cuchillo comprado minutos antes en una tienda, al otro lado de la calle, y le apuñaló en el pecho. Marat gritó «A moi, ma chère amie!» («¡A mí, mi querida amiga!») y murió. Corday era girondina, y su acción provocó represalias, en las que cientos de los adversarios de los Jacobinos (tanto monárquicos como Girondinos) fueron ejecutados bajo los cargos de traición. La misma Corday fue guillotinada el 17 de julio de 1793 por el asesinato de Marat.
El asesinato no hizo más que engrandecer su imagen entre las capas más pobres de la sociedad, que lo identificó como a un mártir de la Revolución.
Toda la Convención Nacional acudió a su funeral, y sus cenizas fueron colocadas en el
Salón de los espectáculos, donde tenían lugar las sesiones. Cuando los jacobinos iniciaron sus campañas de descristianización deísta, Marat fue casi santificado, y su busto sustituía a menudo a los crucifijos en las antiguas iglesias de París.

La toma de La Bastilla



El 14 de julio de 1789, el pueblo de París, movilizado en apoyo a la Asamblea Nacional, tomó por asalto la Bastilla, y luego la destruyó.
Era una vieja fortaleza que Luis XIV había convertido en prisión, donde se detenía a los opositores del régimen monárquico.
Además se almacenaban allí, granos, sobre todo harina, circunstancia que la gente aprovechó para saquear, aprovisionada con armas de diversos regimientos y con la furia del hambre que los aquejaba, debido al fracaso de la cosecha del año anterior, los tributos que habían aumentado, el diezmo que debían abonar a la iglesia, y el pago que debían hacerle al Señor local por el uso del molino, la prensa de lagar, el matadero y el horno.
En ese momento, sólo había siete prisioneros, que fueron liberados, y mataron al gobernador, el Marqués Bernard de Launay, lo que no significó un gran logro político-social, pero fue suficiente, para que este acontecimiento, significara un símbolo de los revolucionarios contra el despótico poder real.
A partir de entonces, cundió la agitación social por toda Francia, atacándose propiedades privadas, a cobradores de impuestos y a latifundistas, no limitándose, por lo tanto, a la lucha contra la Corona.

Biografía de Maria Antonieta



Reina de Francia. Decimoquinta hija de los emperadores de Austria, Maria Teresa y Francisco I. En 1770 contrajo matrimonio con el delfín de Francia, Luis, que subió al trono en 1774 con el nombre de Luis XVI. No obstante, la nueva soberana de Francia nunca tuvo a su marido en gran estima, y mucho menos estuvo enamorada de él. Mujer frívola y voluble, de gustos caros y rodeada de una camarilla intrigante, pronto se ganó fama de reaccionaria y despilfarradora. Ejerció una fuerte influencia política sobre su marido y, en consecuencia, sobre todo el país. En 1781 tuvo a su primer hijo varón, y a partir de entonces residió en el palacio independiente de Trianon. Dejó de recibir en audiencia a la nobleza, acentuando la animadversión de las clases altas hacia su persona. Ignoró la crisis financiera por que atravesaba el país y desautorizó las reformas liberales de Turgot y Necker. No tuvo contemplaciones con las masas hambrientas que se concentraban ante el palacio de Versalles y envió contra ellas a sus tropas. El pueblo siempre pensó que su reina servía a los intereses austriacos. Puso al rey contra la Revolución, y fue apoyada en sus ideas monárquicas por Mirabeau y Barnave. Rechazó las posibilidades de acuerdo con los moderados y procuró que el rey favoreciese a los extremistas para enconar aún más la lucha. Al parecer, deseaba que estallase el conflicto bélico entre Francia y Austria, esperando la derrota francesa. En 1792 fue detenida y encarcelada junto con Luis XVI en la prisión del Temple. La Convención ordenó la ejecución del soberano el 21 de enero de 1793, mientras ella era trasladada a la Conserjería y separada de sus cuatro hijos. Condenada a la pena capital, murió en la guillotina el 16 de octubre de 1793.

BiografÍa de Luis XVI



Rey de Francia y duque de Berry. Heredero de Luis, delfín de Francia, y nieto de Luis XV, en 1770 contrajo matrimonio con la hija de la emperatriz de Austria, la archiduquesa María Antonieta, quien le dio cuatro hijos. Hombre de buenas intenciones pero débil de carácter, poco interesado en los asuntos políticos, se dejó influenciar por la reina y por una camarilla de cortesanos. En los primeros años de su reinado, las reformas económicas liberales que intentaron sacar adelante sus ministros Turgot, Malesherbes y Necker para reducir el déficit público tropezaron con el recelo de la nobleza. En política exterior, ámbito regido por Vergennes, Francia desempeñó un excelente papel en la guerra de Independencia norteamericana (1778-1783). La persistente resistencia de los privilegiados a la liberalización de la economía desencadenó una crisis política interna que obligó a convocar los Estados Generales, convertidos en Asamblea Constituyente en 1789. El rey fue mejor considerado tras decretar el voto doble del tercer estado, pero pronto fue atacado tanto por este estamento como por el de los privilegiados. Una vez iniciada la Revolución de 1789, el rey no pudo frenar al tercer estado y los incidentes se precipitaron. El 14 de julio de 1789 tuvo lugar la toma de la Bastilla. Tras el levantamiento de octubre, se instaló en París y fingió aceptar la Constitución de 1790. Sin embargo, tras su aparente conformidad, Luis XVI había pedido ayuda a los monarcas extranjeros e intentó huir de Francia, pero fue capturado en Varennes. Se produjo entonces la suspensión de la realeza y una aguda polémica sobre la conveniencia de mantener a Luis XVI en el trono. Volvió a reinar en 1791, con unos poderes tan escasos que él mismo urdió intrigas para llevar el país hacia la anarquía. En 1792, tras el asalto a las Tullerías, fue suspendido definitivamente, juzgado por el delito de traición y condenado a morir en la guillotina.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Jorge III de Inglaterra



Jorge III del Reino Unido (4 de junio de 173829 de enero de 1820) fue rey de Gran Bretaña e Irlanda desde el 25 de octubre de 1760 hasta el 1 de enero de 1801, y a partir de entonces rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda hasta su muerte. Simultáneamente ostentó los títulos de duque de Brünswick-Luneburgo, y Elector de Hannover. El electorado se convirtió en el Reino de Hannover el 12 de octubre de 1814.
Jorge fue el tercer monarca británico de la Casa de Hannover, pero el primero en nacer en Gran Bretaña y usar el inglés como lengua materna. Durante el reinado de Jorge III, Gran Bretaña perdió sus colonias en Norteamérica, las cuales se convirtieron en los Estados Unidos. También durante su reinado, los reinos de Gran Bretaña e Irlanda se unieron para formar el Reino Unido.
Más tarde en su reinado Jorge III sufrió de una recurrente y finalmente permanente enfermedad mental. Se piensa ahora que sufrió de desórdenes mentales y nerviosos como una consecuencia de la enfermedad sanguínea llamada porfiria, que ha afectado a varios monarcas británicos. Recientemente, los científicos han descubierto altos niveles de arsénico en el cabello del rey Jorge III, por lo que se podría suponer que ésta fue una posible causa de la locura y los problemas de salud de Jorge III. El dramaturgo Alan Bennett escribió una obra de éxito sobre este tema y el director Nicholas Hytner la llevó al cine con el título La locura del rey Jorge.
Después de una recaída final en 1811, el primogénito de Jorge III, Jorge, príncipe de Gales, gobernó como regente. Tras de la muerte de Jorge III, el príncipe de Gales sucedió a su padre en el trono con el nombre de Jorge IV.
A Jorge III se le conoció con el sobrenombre de Granjero Jorge, por sus modales simples y llanos.

Benjamin Franklin


Benjamin Franklin fue el decimoquinto hijo de un total de diecisiete hermanos (cuatro medio hermanos de padre y el resto hermanos de padre y madre). Su formación se limitó a estudios básicos en la South Grammar School, y sólo hasta los diez años (1714 - 1720). Primero trabajó ayudando a su padre en la fábrica de velas y jabones de su propiedad. Tras buscar satisfacción en otros oficios (marino, carpintero, albañil, tornero), a los doce años empezó a trabajar como aprendiz en la imprenta de su hermano, James Franklin. Por indicación de éste, escribe sus únicas poesías, "La tragedia del faro" y "Canto de un marino cuando se apresó al famoso Teach, también conocido por Barbanegra el pirata".

Portada del Almanaque del pobre Richard de 1739.
Abandonó este género por las críticas de su padre. Cuando tenía 15 años, su hermano fundó el New England Courant, considerado como el primer periódico realmente independiente de las colonias británicas. En dicho diario, Benjamin escribió sus primeras obras, con el pseudónimo de Silence Dogood (entrometido silencioso). Con él escribe sus primeros artículos periodísticos, de tono crítico con las autoridades de la época.
En 1723 se estableció en Filadelfia, pero en 1724, viajó a Inglaterra para completar y acabar su formación como impresor en la imprenta de Palmer. Allí, publica Disertación sobre la libertad y la necesidad, sobre el placer y el dolor. Regresó a Filadelfia el 11 de octubre de 1726. Inicialmente trabajó como administrativo para Denham. En 1727, tras recuperarse de una pleuritis, co-fundó el club intelectual Junto, y al año siguiente se estableció con su socio Meredith en su primera imprenta propia.
En septiembre de 1729 compró el periódico La Gaceta de Pensilvania, que publicó hasta 1748. En 1730 contrajo matrimonio con Deborah Read, con la que tuvo tres hijos, William (1731), Francis (1733) y Sarah (1743). Publicó además el Almanaque del pobre Richard (1733 - 1757) y fue el encargado de la emisión de papel moneda en las [[Territorio Británico de Ul==Orígenes.== tramarcolonias británicas]] de América (1727).
En 1731 participó en la fundación de la primera biblioteca pública de Filadelfia, y ese mismo año se adhirió a la masonería. En 1736 fundó la Union Fire Company, el primer cuerpo de bomberos de Filadelfia. También participó en la fundación de la Universidad de Pensilvania (1749) y el primer hospital de la ciudad. En 1763 se dedica a realizar viajes a Nueva Jersey, Nueva York y Nueva Inglaterra para estudiar y mejorar el Servicio Postal de los Estados Unidos. Pasó casi todo su último año de vida encamado, enfermo nuevamente de pleuritis. Sin embargo, no cesó en sus actividades políticas durante ese periodo. Finalmente, murió por agravamiento de su enfermedad en 1790, a la edad de 84 años.
Afortunadamente, tenemos mucha información sobre la vida y los puntos de vista de Franklin, debido a que a los 40 años comenzó a escribir su autobiografía (supuestamente para su hijo). Ésta fue publicada a título póstumo con el título de La vida privada de Benjamin Franklin. La primera edición vio la luz en París en marzo de 1791 (Memoires De La Vie Privee), menos de un año después de su muerte, y en 1793 estaba disponible la traducción al inglés (The Private Life of the Late Benjamin Franklin).

Biografia de Geprge Washington



Washington nació el 22 de febrero de 1731. De acuerdo al Calendario gregoriano, que fue adoptado cuando Washington aún vivía y que se usa hasta la fecha, nació el 22 de febrero de 1732. La celebración del cumpleaños de Washington es una fiesta nacional en los Estados Unidos. Su lugar de nacimiento fue la plantación de Popes Creek, en el río Potomac, el sureste de la actual Colonial Beach en Westmoreland County, Virginia (Estados Unidos). Los antepasados de Washington provenían de Inglaterra. Su abuelo, John Washington, llegó como inmigrante a Virginia en 1657. El padre de George Augustine "Gus" Washington (1693–1743) tenía una plantación trabajada por esclavos, quien luego intentó probar suerte con la extracción de hierro. Su madre fue Mary Ball Washington (1708–1789), quien vivió para ver a su hijo convertido en un personaje famoso, pero que mantuvo una relación tensa con él. Durante la juventud de George, los Washingtons fueron moderadamente miembros prósperos de la aristocracia de Virginia de "mediano rango".

Lawrence Washington fue la mayor influencia en la vida del joven George Washington.
George fue el hijo mayor del segundo matrimonio de su padre, tuvo dos medio hermanos y cuatro hermanos más jóvenes. Gus Washington murió cuando George tenía tan sólo once años de edad, luego de lo cual Lawrence Washington (1718-1752), su medio hermano, asumió el papel y figura paterna. William Fairfax, el padrastro de Lawrence y miembro de la poderosa familia Fairfax, tuvo también un influencia formativa sobre él. Washington pasó mucha de su infancia en Ferry Farm en Stafford County cerca a Fredericksburg. Lawrence Washington heredó otra propiedad familiar, Little Hunting Creek Farm, de su padre, la cual fue renombada como Mount Vernon. George heredó Ferry Farm luego de la muerte de su padre, y eventualmente adquirió Mount Vernon después de la muerte de Lawrence.
Washington tuvo poca educación formal, la muerte de su padre le impidió recibir la educación en Inglaterra que sus hermanos mayores habían tenido. En su lugar, Washington fue entrenado como un agrimensor. Gracias a sus conexiones con la familia Fairfax, un Washington de diecisiete fue designado como oficial agrimensor de Culpeper County en 1749, un trabajo bien remunerado que le permitió comprar tierra en el Valle de Shenandoah, la primera de sus muchas adquisiciones en el oeste de Virginia. Él también dirigió agrimensores para la Compañía Ohio. Washington era difícil que pasara desapercibido, medía cerca de seis pies y dos pulgadas, casi 1 metro y 88 centímetros (hay muchos estimados de su peso), más alto que la mayoría de sus contemporáneos.
En 1751, Washington viajó a Barbados con Lawrence, quien sufría de tuberculosis, con la esperanza que el clima beneficiara la salud de Lawrence. Durante este viaje, Washington contrajo la viruela, que dejó marcada su cara con múltiples cicatrices, pero que lo dejó inmune a esta pavorosa enfermedad en el futuro. La salud de Lawrence no mejoró, por lo que optó por regresar a Mount Vernon, donde murió en 1752. La posición de Lawrence como General Adjuto de Virginia (un cargo de dirección en la milicia) fue dividido en cuatro cargos después de su muerte. Washington fue designado por el Gobernador Dinwiddie como uno de los cuatro adjuntos distritales, con el rango de mayor en la milicia de Virginia. Al mismo tiempo, Washington se unió a los francmasones en Fredericksburg.
Existe un famoso mito sobre su juventud: Una vez, taló un cerezo de su padre. Cuando este le preguntó quién lo había hecho, Washington le dio su famosa respuesta: "No puedo decir una mentira; fui yo, papá." Según algunas versiones, su padre no lo castigó a causa de su honradez; según otras, su padre admiraba su honradez, pero lo castigó de todas formas. En cualquier caso es probable que sea un mito, pero aún es importante dentro de la cultura estadounidense, y la frase "I cannot tell a lie" ("No puedo mentir") es ya un cliché, un símbolo de Washington y la honradez con la que actuaron los que fundaron Estados Unidos de América. george washington took my land and my slaves.