martes, 30 de octubre de 2007

Ejercicios de sintaxis.

A) Identifica el sujeto de estas oraciones. Escribe su estructura. Por ejemplo:

La muchacha tiene una tosecilla ligera. Sujeto= Det.+ N

El señor Ramón se chapuza en un hondo caldero de agua fría. Det + N + C.N
Carlos ya no es ningún niño. N
Doña Rosa madruga bastante. Adyacente + N
Él compra la harina a los comerciantes de trigo. Det
Consiguió el trofeo para el colegio el año pasado. El (suj, eliptico).
El profesor de física aprobó a los alumnos menos cualificados. Det + N + C.N
Aquéllos se saludan efusivamente. DET
Quiero lo mejor para mis queridos hijos. Yo (sujeto eliptico)
Matilde está en Miami. N
Gloria es alta y delgada N
Está bastante enfermo. El (sujeto eliptico)


B) Di qué oraciones de las anteriores tiene el Sujeto Omitido. Cuál es el Sujeto Gramatical de éstas?
La 5 (sujeto: El )
La 8 (sujeto eliptico: yo)
La 11 (sujeto eliptico El)


C) Señala los Sintagmas Nominales y los Sintagmas Preposicionales de las oraciones anteriores.
S.NOMINALES S.PREPOSICIONALES
1) – El señor Ramón 1) En un hondo caldero de agua fría.
2) –Carlos / ningún niño. 2) No hay.
3) -Doña Rosa / Bastante. 3) No hay.
4) – La harina. 4) A los comerciantes de trigo.
5) El trofeo / El año pasado. 5) Para el colegio.
6) Menos cualificados. 6) A los alumnos.
7) Efusivamente. 7) No hay.
8) lo mejor 8) Para mis queridos hijos.
9) No hay ninguno. 9) En Miami.
10) No hay ninguno 10) No hay.
11) No hay 11) No hay.



D) Señala los Complementos del Sujeto de las oraciones siguientes:


La casa del guarda está en lo alto de la montaña.
El jersey rojo vale mucho dinero.
Las blancas colinas anuncian la llegada del invierno.
Todos los muñecos de trapo me gustan.
Las negras golondrinas volaban por encima de los altos tejados.

viernes, 26 de octubre de 2007

Leandro Fernandez de Moratin, "El si de las niñas".

"El Si de las niñas" de Leandro Fernandez de Moratin.

Tratado sobre la pseudolibertad, el argumento de El Sí de las Niñas se centra en una de las preocupaciones del hombre de finales del siglo XVIII: el respeto a las normas e imperativos sociales, el derecho al matrimonio por amor, el conflicto de la autoridad paterna, y el papel de la mujer en la sociedad. La prensa periódica publica numerosos artículos sobre el papel de la mujer en la familia, su derecho a la educación; todo esto en un momento en que la Pragmática de 23 de marzo de 1776 -Carlos III- obligaba a los hijos menores de 25 años a respetar la decisión paterna sobre contraer matrimonio.
En este contexto aparece El Sí de las Niñas, un tratado sobre la libertad de la protagonista para elegir a su enamorado y que propone una solución al problema que presenta la legislación con la Orden dictada por Carlos III.
Pero, ¿el tema principal es la libertad de elección de la protagonista? ¿Es Paquita la protagonista de la obra? ¿En realidad Moratín estaba a favor de la libertad de elección de las mujeres? No.
“Le traité nul, comédie en un acte, mêlée d’ariettes” es su más que posible referente: la traducción que corría por España hablaba de una pobre labradora viuda, Tomasa, que trata de casar a su hija Mariquita con el rico y viejo Alonso. El sobrino del anciano, Fernando quiere a Mariquita. Al final todo se arregla entre los mayores y les permiten casarse para la dicha de los amantes.
”Entre bobos anda el juego” también trata el tema con menos fortuna narrativa: en ella la joven Isabel de Peralta va a contraer matrimonio con un anciano llamado don Lucas. El novio espera a la niña en una venta donde acaban de reunirse todos los protagonistas. Isabel quiere a don Pedro, primo de don Lucas, quienes se citan en la oscuridad.
Un hecho biográfico de Moratín, como cuenta su biógrafo y amigo Melón, explicaría, quizás, el porqué del tema: de muchacho se enamoró de Sabina Conti, pero ésta tuvo que casarse con su primo hermano, el escritor Gianbattistta Conti, de unos cuarenta años de edad. Este hecho puede que le influyera a la hora de escribir “La niña y el viejo” y “El sí de las niñas”, aunque no se puede afirmar rotundamente por las coincidencias más o menos inexactas de las fechas del hecho y del escrito de los libros.
Con estos referentes, tema de moda y preocupación personal, los personajes giran en torno a la idea del casamiento irregular:
Don Carlos es presentado como el personaje principal, el sobrino de don Diego, el prometido de Paquita; arde en amores por ésta y es correspondido. Varios contemporáneos de la obra extrañaron la aparente contradicción entre su valor en el campo de batalla y su timidez ante su tío, pero esto es un error de enfoque. Moratín da idea de Carlos como un joven apasionado y valiente capaz de atropellar ciertas convenciones sociales, de sacar la espada por amor; así para los ilustrados y los partidarios de los Borbones, será un delincuente y un bárbaro, mientras que para los tradicionalistas será un símbolo del españolismo. Es el valiente enamorado de Paquita que no dudará en luchar por su amor contra su tío y las convenciones sociales.
Calamocha es el criado de don Carlos. Presenta graciosamente a su amo como si se tratara de un enamorado del siglo XVII utilizando un lenguaje de perdonavidas.
Paquita es la muchacha con la que pretende casarse don Diego. Se la define como coqueta y discreta.
Doña Irene es la madre de Paquita. Es autoritaria en la medida justa: “unos buenos padres no ordenan, sino insinúan, proponen, aconsejan”, el exceso de autoridad de los padres es criticado no porque esté mal, sino porque puede provocar “una rebeldía peligrosa”. Doña Irene permite a Moratín poner de relieve que bajo el Antiguo Régimen la Iglesia constituía un remedio para muchas familias con malos trances económicos. Lo que interesa de la relación Iglesia/doña Irene es que desde que murió el marido de doña Irene, ella depende exclusivamente de su parentela eclesiástica, por lo que la influencia de ésta sobre ella es determinante. Las tías monjas ejercen una presión constante sobre su sobrina para que se case con don Diego. Dan a la niña una educación que pertenece ya entonces al pasado, y que no conviene a las necesidades de la época. Moratín afirma sobre esta educación que tiene como finalidad la de asegurar la autoridad absoluta de los padres en los asuntos matrimoniales de los hijos. Pero este exceso de autoridad puede ser contraproducente. Este es el sentido fundamental de “El sí de las niñas”: prevenir las graves consecuencias que puede acarrear un exceso de autoridad paterna.
Don Diego es el que pretende casarse con Paquita.
Un último dato: si Moratín hubiera pretendido hacer un tratado sobre la dignidad y la libertad de elección de la mujer ésta hubiera sido la protagonista, no se escudaría en falsas emociones, no amenazaría sobre el más que posible peligro de que la mujer mal casada es más peligrosa que una mujer soltera porque aquella goza de más libertad.
Al fin y al cabo, quien arregla la situación es don Diego con don Carlos, son los hombres quienes deciden que, al fin y al cabo, Paquita pueda casarse con su enamorado:
DON DIEGO
Paquita hermosa, (la abraza) recibe los primeros abrazos de tu nuevo padre... No temo ya la soledad terrible que amenaza mi vejez... Vosotros (tomando de las manos a Paquita y don Carlos) seréis la delicia de mi corazón; y el primer fruto de vuestro amor... sí, hijos, aquél..., no hay remedio, aquél es para mí. Y cuando le acaricie en mis brazos, podré decir: a mí me debe su existencia este niño inocente; si sus padres viven, si son felices, yo he sido la causa.
DON CARLOS
¡Bendita sea tanta bondad!
Lo que en verdad critica es el casamiento desigual, no la falta de libertad de elección de la mujer.

martes, 23 de octubre de 2007

Biografía de Francisco de Goya.





Biografía de Francisco de Goya.
Goya nació en la pequeña localidad aragonesa de Fuendetodos (cerca de Zaragoza) el 30 de marzo de 1746. Su padre era pintor y dorador de retablos y su madre descendía de una familia de la pequeña nobleza de Aragón. Poco se sabe de su niñez. Asistió a las Escuelas Pías de Zaragoza y comenzó su formación artística a los 14 años, edad a la que entró como aprendiz en el taller de José Luzán, pintor local competente aunque poco conocido, donde Goya pasó casi cuatro años.
En 1763 el joven artista viajó a Madrid con la esperanza de ganar una beca de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, ayuda que no conseguiría ni en esta ocasión ni en 1766, año en que lo intentó de nuevo. En la capital de España trabó amistad con otro artista aragonés, Francisco Bayeu, pintor de la corte que trabajaba en el estilo académico introducido en España por el pintor alemán Anton Raphael Mengs. Bayeu (con cuya hermana, Josefa, habría de casarse en 1774) tuvo una enorme influencia en la formación temprana de Goya y a él se debe que participara en encargos importantes para la basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, los frescos del coreto y la bóveda Regina Martirum (1772, 1780–1782), y que se instalara más tarde en la corte.

A finales de 1769 Goya parte hacia Italia, donde permanece aproximadamente hasta junio de 1771. Su actividad durante esa época es relativamente desconocida; se sabe que pasó algunos meses en Roma y visitó Venecia, Bolonia, Génova, Módena y Ferrara, entre otras ciudades. En mayo de 1771, se presentó a un concurso convocado por la Real Academia de Parma, en el que obtuvo una mención del jurado.
A su vuelta a España, se instaló en Zaragoza, donde realizó los frescos de la bóveda Regina Martirum de la basílica del Pilar y las pinturas murales del oratorio del palacio de Sobradiel (1772). De 1774 son las pinturas al óleo sobre muro de la iglesia de la Cartuja de Aula Dei, cerca de Zaragoza, que ya anticipan el estilo que desarrollará en los magníficos frescos de la ermita de San Antonio de la Florida en Madrid, en 1798. En esta última fecha comenzó a hacer grabados a partir de la obra de Velázquez que, junto con la de Rembrandt, sería su principal fuente de inspiración durante toda su vida.
Hacia enero de 1775 Goya se instaló definitivamente en Madrid en casa de su cuñado, Francisco Bayeu, y comenzó a trabajar para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Los cartones que realizó desde esa fecha hasta 1792 fueron muy apreciados por la visión fresca y amable que ofrecían de la vida cotidiana española. Con ellos revolucionó la industria del tapiz que, hasta ese momento, se había limitado a reproducir fielmente escenas del pintor flamenco del siglo XVII David Teniers. La mayor parte de ellos se conservan en el Museo del Prado, como El quitasol (1777), La gallina ciega (1787) y La boda (1791–1792). Entre 1780 y 1782, pintó en el Pilar de Zaragoza la bóveda Regina Martyrum, una extraordinaria obra en la que da rienda suelta a su genio pese a la censura de Bayeu y la disconformidad de los miembros del cabildo con su trabajo.

La familia de Carlos IV
En 1789 fue nombrado pintor de cámara por Carlos IV y en 1799 ascendió a primer pintor de cámara junto a Mariano Salvador Maella. Goya disfrutó de una posición privilegiada en la corte, hecho que determinó que el Museo del Prado de Madrid heredara una parte muy importante de sus obras, entre las que se incluyen los retratos oficiales y los cuadros de tema histórico. Estos últimos se basan en su experiencia personal durante la Guerra de la Independencia Española (1808–1814) y trascienden la representación patriótica y heroica para crear una salvaje denuncia de la crueldad humana.
Algunos de los retratos más hermosos que realizó de sus amigos, de personajes de la corte y de la nobleza datan de la década de 1780. Entre ellos se encuentran obras como Carlos III, cazador (1786–1788), Los duques de Osuna y sus hijos (1788), ambos en el Museo del Prado de Madrid, o el cuadro La Marquesa de Pontejos (c. 1786, Galería Nacional, Washington); en todos ellos emplea una paleta de colores muy luminosa y un estilo heredero de la pintura Velázquez.
Dos de sus cuadros más famosos, obras maestras del Prado, son La maja desnuda (1790–1800) y La maja vestida (1802–1805). Del año 1800 son también La condesa de Chinchón (adquirido por el Museo del Prado en el año 2000), uno de los retratos más hermosos y delicados de la historia del arte, y La familia de Carlos IV (Museo del Prado), donde se muestra a la familia real con una sencillez y honestidad muy apartadas de la habitual idealización.
En el invierno de 1792, durante una visita al sur de España, Goya contrajo una grave enfermedad que le dejó totalmente sordo y marcó un punto de inflexión en su expresión artística. Entre 1797 y 1799 dibujó y grabó al aguafuerte la primera de sus grandes series de grabados, Los caprichos, en los que, con profunda ironía, satiriza los defectos sociales y las supersticiones de la época. Otras series posteriores, como Los desastres de la guerra (Fatales consecuencias de la sangrienta guerra en España con Bonaparte y otros caprichos enfáticos), de 1810, y Los disparates (1820–1823), presentan comentarios aún más cáusticos sobre los males y locuras de la humanidad.

El tres de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío.
Los horrores de la guerra dejaron una profunda huella en Goya, que contempló personalmente las batallas entre soldados franceses y ciudadanos españoles durante los años de la ocupación napoleónica.
En 1814 realizó El 2 de mayo de 1808 en Madrid: la lucha con los mamelucos y El 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío (ambos en el Museo del Prado). Estas pinturas reflejan el horror y el dramatismo de las brutales masacres que tuvieron lugar en Madrid durante la guerra a manos de grupos de soldados franceses y egipcios (mamelucos). Ambas están pintadas, como muchas de las últimas obras de Goya, con gruesas pinceladas de tonalidades oscuras matizadas por refinados toques de amarillo, ocre y carmín.
Al finalizar la guerra de la Independencia, Vicente López fue nombrado primer pintor de cámara de la corte y Goya quedó relegado por el estilo más decorativo y amable del pintor valenciano.
El descenso en el número de encargos marcó su evolución a partir de entonces. De esa época son La última comunión de san José de Calasanz (1819, iglesia de San Antón, Madrid), uno de sus principales cuadros religiosos, y la célebre serie de Pinturas Negras (c. 1820, Museo del Prado), llamadas así más por su contenido que por su colorido. Originalmente estaban pintadas al fresco en los muros de la casa que Goya poseía en las afueras de Madrid y fueron pasadas a lienzo en 1873. Destacan, entre ellas, Saturno devorando a un hijo (c. 1821–1823) y Aquelarre, el gran cabrón (1821–1823). Con predominio de los tonos negros, castaños y grises, constituyen un amarga denuncia de los aspectos más oscuros del ser humano y demuestran que su temperamento era cada vez más sombrío.

El Aquelarre (h. 1821-1823), una de las Pinturas Negras.
Este comportamiento se agravó a raíz de la situación política de España durante la primera etapa del reinado absolutista de Fernando VII y el Trienio Liberal (1820–1823), por lo que en 1824, tras el fin de las esperanzas progresistas, decidió instalarse en Francia. En Burdeos trabajó la técnica, entonces casi desconocida, de la litografía, con la que realizó una serie de escenas taurinas (Los toros de Burdeos), de corte expresionista, consideradas entre las mejores de su género.
Aunque realizó una breve visita a Madrid en 1826, murió dos años más tarde en Burdeos, en la noche del 15 al 16 de abril de 1828. Un año antes había pintado La lechera de Burdeos (1827, Museo del Prado), una obra clave en la historia de la pintura que anticipa el impresionismo. Goya no dejó herederos artísticos inmediatos, pero su influjo fue crucial en los grabados y en la pintura de mediados del siglo XIX y en el arte. Lultima obra de Goya es La lechera de Burdeos.

A la muerte de Filis (Cadalso)

A LA MUERTE DE FILIS
En lúgubres cipreses
he visto convertidos
los pámpanos de Baco
y de Venus los mirtos;
cual ronca voz del cuervo
hiere mi triste oído
el siempre dulce tono
del tierno jilguerillo;
ni murmura el arroyo
con delicioso trino;
resuena cual peñasco
con olas combatido.
En vez de los corderos
de los montes vecinos
rebaños de leones bajar
con furia he visto;
del sol y de la luna
los carros fugitivos
esparcen negras sombras
mientras dura su giro;
las pastoriles flautas,
que tañen mis amigos,
resuenan como truenos
del que reina en Olimpo.
Pues Baco, Venus, aves,
arroyos, pastorcillos,
sol, luna,todos juntos
miradme compasivos,
y a la ninfa que amaba
al infeliz Narciso,
mandad que diga al orbe
la pena de Dalmiro.

viernes, 19 de octubre de 2007

El arte y la poesía Rococó.

Definición de Rococó.

El Rococó es un movimiento artístico nacido en Francia, que se desarrolla de forma progresiva entre los años 1730 y 1760.
El Rococó se define por el gusto por los colores luminosos, suaves y claros. Predominan las formas inspiradas en la naturaleza, en la mitología, en la belleza de los cuerpos desnudos, en el arte oriental y especialmente en los temas galantes y amorosos. Es un arte básicamente mundano, sin influencias religiosas, que trata temas de la vida diaria y de las relaciones humanas. Es un estilo que busca reflejar lo que es agradable, refinado, exótico y sensual.




Habitación de la reina. Versailles.

















El lunarcito
La noche y el día,
¿qué tienen de igual?
¿De dónde, donosa,
el lindo lunar
que sobre tu seno
se vino a posar?
¿Cómo, di, la nieve
lleva mancha tal?
La noche y el día,
¿qué tienen de igual?
¿Qué tienen las sombras
con la claridad,
ni un oscuro punto
con la alba canal
que un val de azucenas
hiende por mitad?
La noche y el día,
¿qué tienen de igual?
Premiando sus hojas,
el ciego rapaz
por juego un granate
fue entre ellas a echar;
mirolo y riose,
y dijo vivaz:
«La noche y el día,
¿qué tienen de igual?»
En él sus saetas
se puso a probar,
mas nunca lo hallara
su punta fatal.
Y diz que picado,
se le oyó gritar:
«La noche y el día,
¿qué tienen de igual?»
Entonces su madre
la parda señal
por término puso
de gracia y beldad,
do clama el deseo
al verse estrellar:
«La noche y el día,
¿qué tienen de igual?»
Estréllase, y mira,
y torna a mirar,
mientra el pensamiento
mil vueltas le da,
iluso, perdido,
ansiando encontrar,
la noche y el día
¿qué tienen de igual?
Cuando tú lo cubres
de un albo cendal,
por sus leves hilos
se pugna escapar.
¡Señuelo del gusto!
¡dulcísimo imán!
La noche y el día,
¿qué tienen de igual?
Turgente tu seno
se ve palpitar,
y a su blando impulso
él viene y él va;
diciéndome mudo
con cada compás:
«La noche y el día,
¿qué tienen de igual?»
Semeja una rosa
que en medio el cristal
de un limpio arroyuelo
meciéndose está,
clamando yo al verle
subir y bajar:
«La noche y el día,
¿qué tienen de igual?»
¡Mi bien!, si alcanzases
la llaga mortal
que tu lunarcito
me pudo causar,
no así preguntaras,
burlando mi mal:
«La noche y el día,
¿qué tienen de igual?»




















martes, 16 de octubre de 2007

Capítulo I de Candido de Voltaire.
De cómo Cándido fue criado en un hermoso castillo y de cómo fue arrojado de allí

Vivía en Westfalia, en el castillo del señor barón de Thunder-ten-tronckh, un mancebo a quien la naturaleza había dotado de la índole más apacible. Su fisonomía anunciaba su alma; tenía juicio bastante recto y espíritu muy simple; por eso, creo, lo llamaban Cándido. Los antiguos criados de la casa sospechaban que era hijo de la hermana del señor barón y de un bondadoso y honrado hidalgo de la vecindad, con quien jamás consintió en casarse la doncella porque él no podía probar arriba de setenta y un cuarteles, debido a que la injuria de los tiempos había acabado con el resto de su árbol genealógico.
Era el señor barón uno de los caballeros más poderosos de Westfalia, pues su castillo tenía puerta y ventanas; en la sala principal hasta había una colgadura. Los perros del corral componían una jauría cuando era menester; sus palafreneros eran sus picadores, y el vicario de la aldea, su primer capellán; todos lo trataban de "monseñor", todos se echaban a reír cuando decía algún chiste.
La señora baronesa, que pesaba unas trescientas cincuenta libras, se había granjeado por ello gran consideración, y recibía las visitas con tal dignidad que la hacía aún más respetable. Su hija Cunegunda, doncella de diecisiete años, era rubicunda, fresca, rolliza, apetitosa. El hijo del barón era en todo digno de su padre. El preceptor Pangloss era el oráculo de la casa, y el pequeño Cándido escuchaba sus lecciones con la docilidad propia de su edad y su carácter.
Pangloss enseñaba metafísico-teólogo-cosmólogo-nigología. Probaba admirablemente que no hay efecto sin causa, y que, en el mejor de los mundos posibles, el castillo de monseñor el barón era el más hermoso de los castillos, y que la señora baronesa era la mejor de las baronesas posibles.
Demostrado está, decía Pangloss, que no pueden ser las cosas de otro modo, porque habiéndose hecho todo con un fin, éste no puede menos de ser el mejor de los fines. Nótese que las narices se hicieron para llevar anteojos; por eso nos ponemos anteojos; las piernas notoriamente para las calzas, y usamos calzas; las piedras para ser talladas y hacer castillos; por eso su señoría tiene un hermoso castillo: el barón principal de la provincia ha de estar mejor aposentado que ninguno; y como los marranos nacieron para que se los coman, todo el año comemos tocino: en consecuencia, los que afirmaron que todo está bien, han dicho una tontería; debieron decir que nada puede estar mejor.
Cándido escuchaba atentamente y creía inocentemente, porque la señorita Cunegunda le parecía muy hermosa, aunque nunca se había atrevido a decírselo. Deducía que después de la felicidad de haber nacido barón de Thunder-ten-tronckh, el segundo grado de felicidad era ser la señorita Cunegunda; el tercero, verla cada día; y el cuarto, oír al maestro Pangloss, el filósofo más ilustre de la provincia, y, por consiguiente, de todo el orbe.
Cunegunda, paseándose un día por los alrededores del castillo, vio entre las matas, en un tallar que llamaban el parque, al doctor Pangloss que daba una lección de física experimental a la doncella de su madre, morenita muy graciosa y muy dócil. Como la señorita Cunegunda tenía gran disposición para las ciencias, observó sin pestañear las reiteradas experiencias de que era testigo; vio con claridad la razón suficiente del doctor, sus efectos y sus causas, y regresó agitada, pensativa, deseosa de aprender, figurándose que bien podría ser ella la razón suficiente de Cándido, quien podría también ser la suya.
Encontró a Cándido de vuelta al castillo, y enrojeció; Cándido también enrojeció. Lo saludó Cunegunda con voz trémula, y contestó Cándido sin saber lo que decía. Al día siguiente, después de comer, al levantarse de la mesa, se encontraron detrás de un biombo; Cunegunda dejó caer su pañuelo, Cándido lo recogió; ella le tomó inocentemente la mano y el joven besó inocentemente la mano de la señorita con singular vivacidad, sensibilidad y gracia; sus bocas se encontraron, sus ojos se inflamaron, sus rodillas temblaron, sus manos se extraviaron. En esto estaban cuando acertó a pasar junto al biombo el señor barón de Thunder-ten-tronckh, y reparando en tal causa y tal efecto, echó a Cándido del castillo a patadas en el trasero. Cunegunda se desvaneció; cuando volvió en sí, la señora baronesa le dio de bofetadas; y todo fue consternación en el más hermoso y agradable de los castillos posibles.
Rousseau. Emilio.
(Primier párrafo)

Todo es perfecto cuando sale de las manos de Dios, pero todo degenera en las manos del hombre. Obliga a una tierra a que dé lo que debe producir otra, a que un árbol dé un fruto distinto; mezcla y confunde los climas, los elementos y las estaciones, mutila su perro, su caballo y su esclavo; lo turba y desfigura todo; ama la deformidad, lo monstruoso; no quiere nada tal como ha salido de la naturaleza, ni al mismo hombre, a quien doma a su capricho, como a los árboles de su huerto.
Emilio en este texto quiere decir que el hombre no quiere a la tierra como Dios la a creado, si no que la transforma asta acerla a su gusto y su comodidad.


Siglo XVIII. La Enciclopedia.


Conjunto de 17 volúmenes editados en, París, Francia, entre 1751 y 1772, por Denis Diderot y Jean Le Rond d´Alambert, con el objetivo genérico de difundir las ideas de la Ilustración francesa. De hecho la filosofía que difunde se identifica con el afán de crítica, o de aplicar la «luz» de la razón, a todos los campos del saber, en especial a aquellos en que se pone de manifiesto de forma más directa la concepción político-social y religiosa de la época.

Siglo XVIII. Biografia de Oliver Cromwell.


Oliver Cromwell (Huntingdon, Inglaterra, 25 de abril de 1599 - Londres, 3 de septiembre de 1658) fue un líder político y militar inglés, famoso por haber convertido a Inglaterra en una república denominada Mancomunidad Inglesa en español, Commonwealth en inglés (o English Commonwealth). Durante los cuarenta primeros años de su vida no fue más que un labrador gentilhombre, pero ascendió de forma meteórica hasta comandar un ejército y, eventualmente, imponer su liderazgo sobre Inglaterra, Escocia e Irlanda como Lord Protector, del 16 de diciembre de 1653 hasta el día de su muerte. Cromwell es una figura muy controvertida en la historia inglesa: para algunos historiadores como David Hume y Christopher Hill, no es más que un dictador regicida; para otros, como Thomas Carlyle y Samuel Rawson Gardiner, Cromwell es un héroe de la lucha por la libertad. La carrera de Cromwell está llena de contradicciones. Fue ciertamente un regicida que se cuestionó si debía o no aceptar la corona para sí mismo y finalmente decidió no hacerlo, pero acumuló más poder que el propio Carlos I de Inglaterra. Fue un parlamentario que ordenó a sus soldados disolver parlamentos. Devoto de los valores cristianos, sus campañas de conquista de Escocia e Irlanda fueron brutales incluso para los cánones de la época. Bajo su mando, el Protectorado defendió la libertad de culto y conciencia, pero permitió que los blasfemos fueran torturados. Se mostró a favor del criterio de equidad en la justicia, pero encerró a aquellos que criticaron su política de incrementar los impuestos sin el permiso del Parlamento de Inglaterra.
Sus admiradores le saludan como un líder fuerte, estabilizador y con sentido de Estado, que se ganó el respeto internacional, derrocó la tiranía y promovió la república y la libertad. Sus críticos le consideran un hipócrita abiertamente ambicioso que traicionó la causa de la libertad, impuso un sistema de valores puritano y mostró un escaso respeto hacia las tradiciones del país. Cuando los monárquicos volvieron al poder, su cadáver fue desenterrado, colgado de cadenas y decapitado, y su cabeza expuesta durante años para escarnio público.


El siglo XVIII.Biografía de Luís XIV.


Luis XIV de Borbón (en francés Louis XIV) (Saint-Germain en Laye, 5 de septiembre de 1638 - Versalles, 1 de septiembre de 1715), fue Rey de Francia desde el 14 de mayo de 1643 hasta su muerte con casi 77 años de edad y 72 de reinado, el más largo de la historia europea.
Conocido como El Rey Sol (Le Roi Soleil) o Luis el Grande (Louis le Grand), fue el primogénito y sucesor de Luis XIII y de Ana de Austria (hija del Rey Felipe III de España). Luis XIV incrementó el poder y la influencia francesa en Europa, combatiendo en tres grandes guerras: la Guerra de Holanda, la Guerra de los Nueve Años y la Guerra de Sucesión Española.
Bajo su mandato, Francia no consiguió sólo el poder político y militar, sino también el dominio cultural con personajes como Molière, Racine, Boileau, La Fontaine, Lully, Rigaud, Le Brun y Le Nôtre. Estos logros culturales contribuyeron al prestigio de Francia, su pueblo, su lengua y su rey. Luis XIV, uno de los más destacados reyes de la historia francesa, consiguió crear un régimen absolutista y centralizado, hasta el punto que su reinado es considerado el prototipo de la monarquía absoluta en Europa. La frase "L'État, c'est moi" ("El estado soy yo") se le atribuye frecuentemente, aunque está considerada por los historiadores como una imprecisión histórica (si se hace caso de las fechas, Luis tendría cinco años cuando lo dijo), ya que es más probable que dicha frase fuera forjada por sus enemigos políticos para resaltar la visión estereotipada del absolutismo político que Luis representaba. En contraposición a esa cita apócrifa, Luis XIV dijo antes de morir a causa de las quemaduras por el Sol, algo muy común en su época: "Je m'en vais, mais l'État demeurera toujours." ("Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá").

martes, 9 de octubre de 2007

El teatro barroco. Festival de Almagro.

Sobre el amor y otros cuentos sobre el amor de Lope de Vega, de Alcazar y Marroquí. Compañia: Norma Aleandro.

Una noche con "El Brujo" Interpretado por Rafael Álvarez " El Brujo"Compañia: Producciones El Brujo.

Amancio Prada "Trovadores y Juglares" MúsicaCompañia: Camaina Producciones.

El Quijote cantante y sonante MúsicaCompañia: Vicente Soto.

La verdad sospechosa (ESTRENO)de Ruiz de Alarcón y Mendoza Compañia: Eureka ( Castilla-La Mancha.

El teatro barroco. Los corrales de comedias.

Las priemras representaciones de comedias se hacian en los corrales de las casas. el escenario estaba al fondo y las ventanas de las casas servian de galerias para el público. Esta estructura se conservo en los teatros más recientes llamados corrales de comedias que igualmente estaban situados en las patios interiores de un grupo de casas.

-Al fondo del patio estaba el escenario.

-Frente al escenario estaba el patio descubierto, donde los hombres del pueblo (llamados mosqueteros) los cuales asistian de pie a las representaciones. A los lados habia gradas donde los hombres podian estar sentados en bancos alquilados.

-Los balcones y las ventanas de las casas servian de aposentos para las gentes nobles ya fueran hombre o mujeres.

-Las mujeres de clase mas baja debian sentarse en la cazuela, encuima de las cazuela estaban los aposetos o palcos de las autoridades. En el piso más alto estaban los desvanes entre los que se encontraba la tertulia de las religoiosos y una segunda cazuela.

martes, 2 de octubre de 2007

Lope de Vega. Poesia amorosa.

Suelta mi manso.


Suelta mi manso, mayoral extraño,
pues otro tienes de tu igual decoro;
deja la prenda que en el alma adoro,
perdida por tu bien y por mi daño.

Ponle su esquila de labrado estaño
y no le engañen tus collares de oro;
toma en albricias este blanco toro
que a las primeras yerbas cumple un año.

Si pides señas, tiene el vellocinopardo,
encrespado, y los ojuelos tiene
como durmiendo en regalado sueño.

Si piensas que no soy su dueño, Alcino,
suelta y verásle si a mi choza viene,
que aun tienen sal las manos de su dueño.

Poesia burlesca de quebedo

A una nariz

Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Erase un espolón de un galera,
érase una pirámide de Egito;
las doce tribus de narices era.
Erase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.

Poesia burlesca de quebedo

Enlaces interesantes sobre literatura barroca

http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/1barroco.htm
http://www.rinconcastellano.com/barroco/
http://www.kalipedia.com/literatura-castellana/tema/literatura-barroca/literatura-barroca-contexto-caracteristicas.html?x=20070418klplyllic_206.Kes

Enlaces intersantes sobre historia de España.

http://www.red2000.com/spain/primer/1hist.html
http://www.sispain.org/spanish/history/
http://www.almendron.com/historia/historia.htm